Según un estudio dirigido por el académico de la Universidad Diego Portales (UDP), Claudio Fuentes, el 60% de las iniciativas legislativas relacionadas con la seguridad recientemente aprobadas se enfocan en aumentar las penas de prisión, crear nuevos delitos o restringir las salidas alternativas.
En una entrevista con Radio y Diario Universidad de Chile, el cientista político admitió que, aunque existen varias propuestas en curso que avanzan «en la dirección correcta», como la creación del Ministerio de Seguridad Pública y la reforma del sistema de inteligencia, “la mayoría de las iniciativas tienden a abordar las consecuencias de los delitos en lugar de prevenirlos.
En otras palabras, “uno de los principales problemas del actual debate legislativo es que la mayoría de los proyectos se centran en los efectos de la delincuencia y cómo regularlos, como por ejemplo, incrementar el número de encarcelados, pero no abordan las causas subyacentes que están detrás de esta creciente violencia delictiva”, reflexionó.
No obstante, Fuentes aclaró que el verdadero problema no radica en la “ola de reformas que buscan aumentar las penas o la cárcel efectiva para ciertos crímenes”, sino en las condiciones inalterables dentro de las cárceles.
“En primer lugar, sabemos que en Chile existe una sobrepoblación carcelaria, con un considerable hacinamiento; en segundo lugar, las condiciones de seguridad en las prisiones son sumamente precarias, permitiendo a los reclusos acceder a celulares y redes de tráfico, o conectar con bandas delictivas; y en tercer lugar, hay corrupción tanto dentro del sistema penitenciario como interacciones de las bandas con el exterior”, detalló.
En este contexto, el académico advirtió que el incremento del encarcelamiento “paradójicamente podría aumentar la probabilidad de más delitos, en lugar de reducirlos”.
“Aumentar la población carcelaria no necesariamente disminuye los delitos; es necesario realizar otros cambios, por lo que considero que es interesante el debate que se ha iniciado esta semana”, comentó, refiriéndose a la discusión provocada por la propuesta del Gobierno de construir una cárcel de máxima seguridad en Santiago Centro.
“El debate en curso se centra en crear una prisión de alta seguridad, en ampliar la capacidad carcelaria para reducir el hacinamiento, y, lo más importante, en cómo se pueden garantizar condiciones seguras dentro de las cárceles para evitar que continúen los delitos”, agregó.
“Tendremos que esperar una nueva crisis”
Al ser consultado sobre los factores que motivan a los legisladores a proponer políticas punitivas, Fuentes argumentó que esto se debe a que “son más fáciles de aprobar y resultan muy atractivas ante la opinión pública”.
Además, los proyectos a largo plazo implicarían “definiciones políticas significativas”.
“Por ejemplo, en todo lo relacionado con el secreto bancario, hay una discusión política vinculada a la privacidad, que no solo afecta a las bandas delictivas, sino también a intereses económicos, lo que genera resistencia para la aprobación de estos proyectos”, advirtió.
En esta misma línea, el cientista político expresó su preocupación por la falta de discusión sobre temas críticos en el Congreso, argumentando que “el problema radica en que las medidas adoptadas no necesariamente reducirán la delincuencia a mediano plazo, e incluso podrían agravarla.”
Para Fuentes, hay tres aspectos críticos: “Primero, el control de la ruta del dinero, que es fundamental; en segundo lugar, el control del uso de armas; y, en tercer lugar, aunque es un asunto a más largo plazo, las políticas de prevención del consumo de drogas en jóvenes, que son esenciales y que el Congreso no está abordando”.
Por último, en cuanto a lo que tendría que ocurrir para que el poder legislativo se enfoque en otro tipo de proyectos de seguridad, Fuentes anticipó que “tendremos que esperar una nueva crisis”. “Probablemente, más adelante se registrarán denuncias de corrupción relacionadas con Carabineros y grupos narcotraficantes. Esto motivará el debate sobre el control interno y externo de las fuerzas policiales. En general, la dinámica política suele ser muy reactiva ante escándalos o situaciones sociales complejas”, concluyó.
Con Información de radio.uchile.cl