El submarino SS-23 General O’Higgins de la Armada de Chile arribó a la rada de Iquique el sábado 16 de noviembre, como parte de su entrenamiento anual en el norte del país.
La tripulación, compuesta por 50 miembros y comandada por el capitán de fragata Juan Cristóbal Sepúlveda, se desplazó a la zona de la Cuarta Zona Naval (Cuarzona) para participar en actividades programadas por el Comando de Operaciones Navales (Comoper).
El comandante en jefe de la Cuarzona, el contraalmirante Marcelo Zoppi, señaló que, como es habitual, la Fuerza de Submarinos despliega sus unidades anualmente y actualmente se encuentra con el submarino en Iquique, al mismo tiempo que el SS-20 Thomson, de la clase 209/1400L, realiza ejercicios en Punta Arenas, tal como reportó Infodefensa.com.
El contraalmirante indicó que el O’Higgins llegó al puerto de Iquique tras rendir honores a los Héroes de Iquique en la boya Esmeralda, y que el lunes realizará ejercicios junto a las unidades de la Cuarta Zona Naval.
El contraalmirante enfatizó la importancia de la presencia del submarino en la Cuarzona, afirmando que «es beneficioso para las dotaciones interactuar con un submarino y debemos aprovechar esta oportunidad de tener al O’Higgins en el norte de nuestro país, mostrando su presencia como hacen anualmente las unidades de la Fuerza de Submarinos».
Fiscalización pesquera y formación de alumnos
El capitán de fragata Juan Cristóbal Sepúlveda declaró al diario La Estrella de Iquique que la operación está enfocada en la fiscalización pesquera y el control del tráfico marítimo. «Son tareas que podemos llevar a cabo gracias a nuestra condición de plataforma polivalente, y actualmente las estamos realizando en el norte del país», afirmó.
El oficial explicó que la unidad también cumple una labor de instrucción, recibiendo personal de alumnos tanto de mar como oficiales que realizan un período de formación práctica a bordo, tras una preparación teórica de aproximadamente nueve meses.
El capitán Sepúlveda destacó que las tripulaciones de submarinos, incluyendo al SS-23 General O’Higgins, tienden a ser muy unidas, ya que deben operar de manera cohesiva y coordinada, permitiendo que cada miembro de la tripulación adquiera experiencia en diferentes áreas.
El comandante resaltó que, aunque se suele pensar que los submarinos solo tienen una función defensiva, son versátiles, lo que les permite realizar tareas de fiscalización, aprovechando su capacidad de sorpresa y permanencia en una área, asegurando así nuestros intereses.
Clase Scorpène
El SS-23 General O’Higgins y su gemelo, el SS-22 General Carrera, son submarinos diésel-eléctricos de última tecnología pertenecientes a la clase Scorpène, diseñados para realizar misiones de guerra antisubmarina, antisuperficie y operaciones especiales. Se destacan por su furtividad, persistencia en operaciones y capacidad de fuego.
El contrato de construcción fue adjudicado al consorcio DCN/Bazán (actualmente Naval Group y Navantia) y se firmó el 17 de diciembre de 1997 por un monto de 420 millones de dólares, lo que permitió reemplazar a los submarinos tipo Oberon SS-22 O’Brien y SS-23 Hyatt, que sirvieron durante dos décadas. El SS-23 General O’Higgins fue entregado en septiembre de 2005 y el SS-22 General Carrera en julio de 2006.
Los submarinos de la clase Scorpène de la Armada de Chile tienen una longitud de 66,4 metros, un ancho total de 8 metros (incluyendo hidroplanos), una altura total de 16,4 metros y un calado medio de 5,4 metros. Desplazan 1.711 toneladas al sumergirse, alcanzan una velocidad de 21 nudos bajo el agua y tienen una autonomía de 6.500 millas náuticas a 8 nudos en superficie.
Cuentan con el Sistema Táctico de Combate Submarino (Subtics) de Naval Group y una suite de sonares TSM2233 MK 2 de Thales, que incluye sonar de casco de frecuencia media con sistema de búsqueda activa/pasiva; sonar cilíndrico de largo alcance para detección acústica panorámica en 360º en modo pasivo; sonar de interceptación; sonar de flanco para detección pasiva; y sonar de alta resolución para la detección de obstáculos y minas.
Dispone de seis tubos lanzatorpedos de 533 mm para el lanzamiento de torpedos pesados, misiles o para sembrar minas. Su sistema automático de manejo y recarga permite disparos en salva. Cada submarino puede llevar hasta 18 torpedos o misiles, o bien 30 minas, y cuenta con armamento de torpedos Black Shark Advanced de Leonardo y misiles antibuque Exocet SM-39 de MBDA.
Con Información de www.infodefensa.com