La agresión militar de Rusia hacia Ucrania ha puesto de manifiesto una dura realidad: las limitadas capacidades bélicas de los países occidentales, la lenta respuesta de la industria de defensa de la Unión Europea ante la creciente demanda de armamento y, en muchos casos, la falta de voluntad política. Esta circunstancia representa un peligro existencial para la arquitectura de seguridad europea. El enemigo se encuentra en las fronteras orientales de la OTAN y la UE, y las amenazas también se intensifican en el sur: desde la desestabilización en la región del Sahel hasta la escalada de conflictos en Oriente Medio. Lituania conoce bien las amenazas que surgen de su proximidad con Rusia y su aliado Bielorrusia.
El en auge sector de defensa de Lituania: una oportunidad estratégica para la cooperación.
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