Armada Argentina hunde el buque Alférez Sobral, un emblemático navío de la Guerra de Malvinas.

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Con un profundo peso simbólico, el lecho del Atlántico Sur se ha convertido en la sepultura del Aviso “Alférez Sobral” de la Armada Argentina, hundido en las turbulentas aguas que navegó en busca de dos pilotos de la Fuerza Aérea Argentina, quienes fueron derribados por aeronaves británicas durante la Guerra de las Malvinas el 1 de mayo de 1982, a aproximadamente cien millas náuticas al norte del Estrecho de San Carlos.

Esa misión de rescate fue interrumpida por dos helicópteros enemigos que lanzaron misiles aire-mar Sea Skua, causando la destrucción de gran parte del buque y la muerte de ocho marinos, incluido su capitán. En condiciones extremas, sin sistemas de comunicación y navegación y con el segundo comandante herido por esquirlas al mando, el Aviso “Alférez Sobral” logró llegar a la costa atlántica, en Puerto Deseado, con gran parte de sus instalaciones devastadas por los misiles. Los restos de su puente, completamente destrozado y quemado, se conservan en el Museo Naval de Tigre, ubicado en las afueras de Buenos Aires.

Tras la Guerra de las Malvinas, el buque fue reconstruido y sirvió durante muchos años, honrando la función de un Aviso de manera discreta y eficiente, siempre apoyando a los otros elementos de la flota. El Aviso es una unidad naval militar que tradicionalmente se caracterizaba por su velocidad y estaba destinada al transporte de documentos, órdenes y comunicaciones entre barcos o entre estos y la costa. Aunque esta función principal quedó obsoleta con la llegada de la radio, la terminología se mantuvo en la Armada Argentina, donde el término aviso abarca hoy una variedad de tareas auxiliares de gran relevancia. Los Avisos son buques multipropósito, altamente versátiles que actualmente desempeñan funciones auxiliares y logísticas.

El navío regresando de la batalla en la Guerra de Malvinas con daños evidentes. (foto: Armada Argentina)

El Aviso “Alférez Sobral” había permanecido inactivo desde hacía tiempo, amarrado en la Base Naval de Mar del Plata, esperando su desguace o ser hundido bajo su propia artillería… lo que no pudieron lograr los británicos en el conflicto bélico, fue consumado por el olvido al que fue relegado este barco.

Ninguna institución pudo rescatarlo de su triste destino para preservarlo como museo, convirtiéndolo en un testimonio viviente de valentía y heroísmo. Ni el gobierno nacional ni las administraciones provinciales mostraron el menor interés en hacer una pequeña inversión para salvar a este veterano buque de guerra con un significativo valor simbólico e histórico.

Como una amarga ironía, fue remolcado hasta alta mar por un aviso con un nombre emblemático, el ARA “Puerto Argentino”, que con sus cadenas tensadas lo llevó hacia su final a manos de sus propios disparos. (Luis Piñeiro)

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