Los tanques en la Infantería de Marina española

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Con el título “Los carros de combate de la Infantería de Marina”, la revista oficial de la institución, el Boletín de Infantería de Marina (BIM), presenta de manera detallada en su reciente número, el 41, la historia de estos vehículos en sus filas.



Esta obra, que está disponible para descarga gratuita, ha sido elaborada por un reducido grupo de infantes de Marina, liderados por el comandante de IM (Infantería de Marina) Fernando Herráiz, quien ha dedicado años a recopilar y difundir la historia de los “Valientes por Tierra y por Mar”, particularmente en lo que respecta a sus vehículos y medios de combate, como se evidencia en el trabajo Los vehículos de la Infantería de Marina 1958-2023”.



A lo largo de 133 páginas, esta edición especial del BIM busca dar a conocer los escasos modelos de carros de combate que ha utilizado el Cuerpo, desde 1966 hasta inicios de la pasada década, así como rendir homenaje a quienes los han tripulado y mantenido. La historia comienza el 16 de agosto de 1966, cuando se activó la Compañía de Carros del Grupo de Apoyo del Grupo Especial de Infantería de Marina, que contaba con una plantilla de diecisiete carros norteamericanos M-48. Transcurrieron 16 años hasta que, en febrero de 1982, esta Compañía recibió el único carro de recuperación M-88A1 en servicio en las Fuerzas Armadas españolas. Este vehículo fue fundamental para poder recuperar los carros de combate M-48E y otros vehículos pesados del TEAR (Tercio de Armada).




Portada del BIM “Los carros de combate de la Infantería de Marina”. (Foto BIM)




       



Veinte años después de la llegada de los primeros carros, entre 1985 y 1986, la Infantería de Marina dio un importante paso al incorporar diecisiete FV-101 Scorpion a la Compañía de Carros del entonces Grupo Mecanizado Anfibio (GMA) del TEAR. Este carro de reconocimiento se hizo célebre en la guerra de las Malvinas por ser ligero, fácil de desembarcar, veloz y contar con una buena potencia de fuego.



En 1995, los M-60A3 TTS (Tank Thermal Sight) llegaron para sustituir a los M-48E, que ya habían superado los veinticinco años de servicio. Aunque no eran carros de última generación, incluían avances significativos como computadora balística, telémetro láser, sensor de viento cruzado, sistema de estabilización del cañón y, lo más importante, cámara térmica. A pesar de los trabajos de reacondicionamiento realizados, a principios de la segunda década de este siglo, alcanzaron el límite de su vida operativa y fueron inmovilizados en el acuartelamiento del TEAR en San Fernando, siendo dados de baja recientemente. (Julio Maíz)

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