Más que un desfile: Celebración del Día de las Fuerzas Armadas 2025 en Canarias.

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La conmemoración en Canarias del Día de las Fuerzas Armadas es un evento de gran importancia para estas remotas tierras de España. Con este motivo, las Islas, mencionadas a diario en múltiples medios de comunicación debido a la diferencia horaria con el resto de las comunidades, se adelantan – «una hora más en Canarias», diría la alocución – para celebrar un día especial de unidad con sus tres Ejércitos.


No es casualidad que, hombro a hombro, Ejército y pueblo han colaborado en la defensa del Archipiélago a lo largo de la historia moderna y contemporánea. Entre las gestas más destacadas se encuentran la de Tenerife contra la Flota Británica del almirante Nelson en 1797, y la de Las Palmas de Gran Canaria frente al neerlandés Van der Does en 1599. Aparte de tantas otras batallas menores en las islas, todas ellas suman victorias para la monarquía hispánica sobre los invasores extranjeros.


Inicialmente, las fuerzas militares en las islas estaban formadas por milicias compuestas por vecinos, quienes junto a sus líderes enfrentaron amenazas de tiempos lejanos, defendiendo su tierra de flotas y piratas, al tiempo que participaban activamente en Flandes, el Rosellón, Portugal e Italia, América y en la lamentable guerra contra el invasor francés.


De este modo, las unidades canarias desarrollaron una identidad particular que en gran parte perdura hasta hoy. Su compromiso con su país es un tema recurrente en la documentación de la Historia de España, donde también se refleja la españolidad de Canarias. Como dijo Benito Pérez Galdós al final de su vida, exaltando la coexistencia del amor por la tierra natal, la región canaria, y el amor por la patria grande, la nación española: «En nosotros vive y vivirá siempre el alma española. Nosotros, los más lejanos, seamos los más próximos en el corazón de la patria.»


Es evidente que el Ejército actual es notablemente diferente. España ha experimentado cambios significativos en los tiempos recientes, y sus Fuerzas Armadas también. Desde la Transición – han pasado casi 50 años – y la integración en organismos internacionales de defensa, la mejora en su estructura, gestión y profesionalización ha sido notable.


La distancia con la época de la «mili» y el blanco y negro es enorme para quienes vivieron esos tiempos. No solo se han modernizado los recursos materiales, sino -lo que es aún más relevante- la oficialidad profesional, cuyas edades promedio rondan los 45 años, pertenece a la España democrática y su compromiso con la Constitución es absoluto.


Un claro ejemplo de lo mencionado es la Brigada Canarias XVI, con organización y despliegue en estas islas. Esta unidad es la más joven del Ejército de Tierra y a la vez la más condecorada, continuando así tradiciones seculares. Con casi 3,000 efectivos, de los cuales el 60% son canarios y con una considerable representación de mujeres, a lo largo de sus 17 años de existencia ha desarrollado un espíritu de cuerpo, sacrificio y valor, habiendo recientemente asumido una importante misión internacional en el Líbano. Desde estas líneas humildes, enviamos un mensaje de reconocimiento a su trayectoria, de ánimo y un recuerdo afectuoso.


Aquellos que comprenden la naturaleza humana, del versátil «Sapiens», saben que el simple hecho de no querer ser atacados nos protege de ser agredidos. Lamentablemente, el paso del tiempo lo demuestra. ¿Quién desea guerras? Quizás los mayores defensores de que las relaciones humanas transcurran sin conflictos, en una convivencia «pacífica» permanente, sean precisamente los militares.


Son conscientes de que ir a la guerra (recordemos que su primer deber es defender la integridad territorial y garantizar la soberanía e independencia de España, razón primordial de su existencia, antes que las también loables acciones «tipo ONG») implica un nivel supremo de sacrificio, llegando incluso a morir en combate cumpliendo su deber. Pocas profesiones alcanzan tal nivel de dedicación.


Una vez más, la Historia confirma – «obras son amores» o «por sus hechos los conoceréis» – que aceptan esta realidad libremente, con capacidad de sufrimiento y una disciplina férrea, aunque a veces puedan no coincidir con lo que les solicita el gobierno actual. Se preparan constantemente para ello y cumplen con su deber. Estos son sus valores. Una profesión vocacional sencillamente admirable.


Es indudablemente admirable la persona que decide embarcarse en una carrera militar. Solo acceden los mejores, tras rigurosas pruebas de admisión y años de formación espartana, para luego ocupar destinos con total movilidad geográfica y sin apenas espacio para la «conciliación familiar» tan en boga hoy en día. Sus salarios no son especialmente altos considerando su preparación y tiempo de formación, además de estar sujetos a evaluación continua. Compárese tal nivel de exigencia con el de ciertos puestos en la administración pública, la política o incluso en la empresa privada.


La celebración de este evento en Tenerife y Las Palmas – sin desmerecer ninguna otra localización en el territorio español, donde también se realiza año tras año con plena satisfacción – reafirma, en nuestra opinión y bajo las circunstancias actuales, el firme compromiso de las Fuerzas Armadas en esta estratégica latitud sur, sin olvidar que desde el Mando de Canarias, en la Capitanía General de Santa Cruz, se centralizan todas las operaciones relativas al territorio extrapeninsular, es decir, ambos archipiélagos y las Plazas de Soberanía. Un acierto de las autoridades civiles y militares insulares, como mencionamos al principio, para dar un nuevo impulso a la presencia de Canarias en España y de España en Canarias.


Han pasado 39 años desde aquel mayo de 1986, cuando tuvimos la oportunidad de ver desfilar, con sus compañeros de la Academia General, a un Cadete muy especial. La espera ha valido la pena. En este nuevo evento histórico pudimos verlo nuevamente con uniforme, esta vez de gala, presidiendo los Actos como Jefe del Estado y de las Fuerzas Armadas.


Nuestros actuales Ejércitos, portadores de valores, educación y tradiciones que definen nuestra cultura e idiosincrasia españolas, merecen una alta consideración, y aceptamos con gusto el abrazo fraternal, firme y cálido, que estos días desean darnos con su presencia especial en Canarias, con el esfuerzo diferencial que esto conlleva, tanto humano como logístico. Están siempre ahí, aunque a veces no se les vea ni se les escuche… pero esta vez tuvieron visibilidad.


Por tierra, mar y aire, con precisión milimétrica. Mucho más que un desfile. Gracias por venir, bienvenidos y que todo salga bien… como siempre. (Valeriano Weyler González. Embajador de la Marca Ejército)

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